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lunes, 20 de septiembre de 2010

Sierra Nevada en verano ¿Estamos en la Onda?

Subir la cumbre más alta de la Península Ibérica es una de esas brillantes idéas que a uno se le puede ocurrir en verano, en lugar de irse a la playa a bañarse y tomar el sol. Y es que uno la ha subido muchas veces, en cualquier época del año (incluido el verano), ataviado y calzado de cualquier manera, más lento, más rápido, con más o menos gente, con y sin GPS, sin nieve, con nieve... con muchísima nieve ... y ni quiero hablar del granizo y los rayos que me han erizado la piel.

Pero esta última ha sido y será, como dice un buen amigo mío, "irrepetible", y no lo digo porque no se pueda repetir de la misma manera, sino porque no lo pienso volver a hacer así. El que quiera un guía de montaña, que lo contrate, que para eso existen buenísimos profesionales en el sector. Sinceramente, creo que yo no estaba el segundo fin de semana de septiembre en la onda, ni en la buena ni en la mala.

El que si estaba es este buen pastor con el que me crucé tras sacar unas cuantas fotos a su rebaño. El hombre se me acerca sonriente mirándome a los ojos:


- Cabrero: ¿Quéeeeee?

- Yo: aquí, dando un paseo por la sierra, que está muy bonita.

- Cabrero: ¿Bonita? (sonrie nuevamente y gesticula con la cabeza)... Dice que está bonitaaaaaa, jeje... (camina varios pasos y se vuelve)... Llevo 60 años en la sierra, jejeje...

Y continúa su camino haciendo lo que mejor sabe hacer, estar en la onda.

Una persona muy especial para mí y un buen amigo, a los que gustosamente acompañé, oyaron la cumbre del Mulhacén aquel sábado, una de las mejores experiencias de sus vidas que creo no olvidarán jamás. Tuvieron buena onda.