Este sábado 7 de noviembre ha sido la última travesía de resistencia del calendario andaluz, en la que el equipo de travesías del Grupo Alpino Pinsapo ha cumplido al 100%, pues los 6 miembros que hemos participado en esta VIII Travesía de Resistencia Sierra de Aracena la hemos finalizado.
El recorrido de por sí no entrañaba grandes dificultades a pesar de trás más de 30 km tener que subir al Cerro de San Cristobal, su punto más alto. Pero teniendo en cuenta que era la última del calendario y que tan solo habrían transcurrido dos semanas desde que se realizara la de la Sierra de Grazalema, los cuerpos andabann muy cansados a estas alturas y la verdad es que se nos ha hecho muy larga y pesada.
Partiríamos desde la localidad de Aracena en torno a las 4:30 de la madrugada del 7 de Noviembre, para recorrer unos 22 km pasados por agua, niebla y viento hasta llegar a Jabugo, donde no encontramos, muy a pesar nuestro, un bocata de jamón en el tan esperado desayuno.
En este punto, al reemprender la marcha ya empezaba a sentir fuertes dolores en el pie derecho, exáctamente los mismos que experimentara en la travesía anterior. Trataba de modificar el punto de apoyo en cada paso para evitar que fuera a peor y tener que abandonar. Leo también se quejaba de los dolores que le causaba en los pies sendas ampoyas y Jose de rozaduras próximas a sus partes nobles.
Pasaríamos más tarde "sufriendo" por el Cerro de San Cristobal, extremo más al este del recorrido, y la localidad de Almonaster la Real, donde se sirvió el almuerzo y nos "arreglamos los pies" para emprender el camino que nos llevaría de regreso a Aracena, no sin antes haber transaitado por las calles de numerosos pueblos de la comarca.
Han sido 62,5 km de travesía en los que hemos podido disfrutar quizás de unos de los más bellísimos paisajes de nuestra querida Andalucía, el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Desde que salimos de Almonaster, el equipo caminó unido en todo momento dándonos ánimos y apoyo para no sucumbir a los dolores. Desde Linares a Aracena nos sorprendió la noche. Los larguísimos tramos de subida de la parte final fueron tortuosos y los resolvimos, quizás con lentitud, pero con mucha digindad.
Estábamos en Aracena, parecía imposible pero era cierto. Picamos el dorsal, firmamos y para casita, sin esperar a la celebración de la entrega de premios, que quedaban horas de camino para regresar a casa.
¡ Felicidades a los compis que han conseguido completar todas las travesías de este año !
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