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domingo, 25 de octubre de 2009

Tras una Travesía de Resistencia ¡¡¡ Recuperación Activa !!!

Este fin de semana tocaba la XV Travesía de Resistencia "Sierra de Grazalema"




Ya hacía unos cuantos meses que no participaba en una travesía de resistencia, la última fue por el més de abril haciendo de guía en el segundo tramo de la Tejeda Almijara. Desde entonces la poca montaña que he hecho ha sido subir hasta las posiciones del Veleta para escalar La Silvia, si es que a eso se le puede llamar subir montaña.

A finales de Agosto comencé a prepararme cara al invierno corriendo de 2 a 3 veces en semana una hora y haciendo algo de bicicleta, sobre todo para coger fondo físico, pues para el resto ya llevo algún tiempo haciendo algo de rocódromo y alguna que otra escapadilla para escalar. Aunque no sólo para el invierno, sino también pensando en las últimas travesías de resistencia del calendario de este año.

¡¡¡ Pero que equivocado estoy !!! Y ya lo dijo Juanito Oiarzabal en la charla que nos dió en Málaga cuando un avispado le preguntó aquello de ¿Qué entrenamiento haces para subir los ochomiles?. La respuesta era más que evidente: pasar meses en el Himalaya haciendo ochomiles.

En el caso que nos ocupa, nada tiene que ver con ese tipo de gestas, pero para recorrer 62 kilómetros por sendero de montaña, con más de 1500 metros acumulados de subida y otros muchos de bajada, en aproximadamente 16 horas, hace falta algo más que tener buen fondo físico. Es fundamental tener bien preparados los pies y las piernas para no morir en el intento.


Rutómetro oficial

En torno al kilómetro 39 apoyar el pie derecho en el suelo para dar un paso era experimentar un dolor agudo que me invitaba sutilmente una y otra vez a abandonar. A pesar de ello continué, pero la largísima bajada previa a la subida que nos llevaba hasta el lugar del almuerzo estaba castigándome muchísimo. Quedaban 14 km para llegar a meta y me parecía algo imposible de conseguir.

Tras tomar un bocata de jamón, una lata de bebida isotónica, unas hojas de lechuga y un poco de zanahoria, me descalcé los pies y me unté un poco de un spray y antinflamatorio que un compañero me dió. Reanudamos la marcha y durante aproximádamente una hora el dolor en ambos pies era "soportable".

Habíamos salido de El Bosque para realizar el último tramo de unos 8 km hasta Prado del Rey, donde estaba la meta, y ya andaba como un zombi, tratando de no pensar y apretando los dientes en cada paso.

Callendo la noche entramos al pueblo victoriosos ante un espectante y acalorado aplauso del vecindario que celebraba nuestra llegada, atravesando el pueblo en una auténtica fiesta amenizada por la banda de música. ¡Todo un espectáculo!

A pesar de algunos "fallillos", el club Tritón se merece un diez por la organización de la prueba. La misma puntuación que se merecen todos los vecinos de las localidades que atravesamos: Benamahoma, El Bosque, Grazalema, Prado del Rey, y todos aquellos que han colaborado de alguna manera u otra en preparar esta travesía de resistencia.

¿Y que dedir de mis compañeros de equipo del GAP? Siempre unidos, dándonos apoyo unos a otros, cuidando del novato o animándo al desvalido. Ellos se merecen algo más que un 10, se merecen un 100 por haber conseguido reunir un equipo humano estupendo para llevar con orgullo la camiseta del club a todos los eventos deportivos del calendario de travesías de resistencia. ¡¡¡ Chapeau !!!

Todo esto, unido a los indescriptibles parajes que nos regala la Sierra de Grazalema, hace que uno se olvide de lo que ha sufrido para llegar al final y se quede con el buen sabor de boca de haber concluido con éxito esta prueba.

Hoy esperaba poder descansar tranquilamente tirado en el sofá, pero "la vihen" lo que me tenían reservado: al campo con el sol cayendo a pedazos a quitar las cepas de las viñas para poder arar el terreno ¿Quién dijo aquello de recuperación activa?

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