Para entrar un poco en situación, explicaré brevemente que es eso de la "darsena". La historia data de principios de siglo XX, con la construcción de un canal recto en el río Guadalquivir que facilitaría la navegación hasta el puerto de sevilla, quedando un tramo del antiguo cauce abandonad. Años más tarde, en 1948, se volvería a conectar el río con el cauce abandonado para evitar las temidas inundaciones, creandose así una especie de "brazo" sin salida por su extremo norte, lo que se conocería como Canal de Alfonso XIII. Y finalmente con motivo de la Expo 92 se amplía el canal por encima del Estadio Olímpico.
Así que allí nos fuimos, a remar donde pinocho se fue a pescar, y no es mentira.
El acceso se encuentra en las proximidades del puente del Alamillo, en el lado de la ciudad. Es un paso subterráneo que da acceso a la orilla por la que circula el carril bici. Hacia le norte veríamos el puente del Alamillo, hacia el sur el puente de la barqueta, a la izquierda la Isla de la Cartuja y a la derecha está el acceso. Se puede acceder con el coche para bajar las piraguas, las dejas sobre el pantalán flotante y luego te llevas el coche para aparcarlo fuera.
Las aguas están muy tranquilas, por lo que se navega con mucha facilidad y fluidez, salvo cuando pasan los barcos turísticos, que generan algunas olas, aunque son muy pequeñas y sin peligro alguno.
Nosotros nos dimos un paseo de unos 8,5 km en plan tranquilito, con desembarco en la calle Betis para tapear y disfrutando de las maravillosas vistas que nos regala Triana.
En resumen, una actividad relajante con unas temperaturas muy agradables a pesar de la hora.
¡¡¡ Recomendable !!!