Ya recuperado de la paliza de la pasada travesía de resistencia de la Sierra de Grazalema y para contiunar con la preparación cara a la travesía de resistencia de la Sierra de Aracena del próximo 7 de Noviembre, puntuable para el la Copa Andaluza de Travesías de Resistencias, parecía una buena ocasión para escaparse del pueblo a hacer lo que a uno más le gusta y en muy buena compañía.
El sábado temprano partíamos cargados con todos los "arreos" en la "resucidata" furgoneta que, en aproximadamente 3 horas, nos llevaba hasta la estación de ferrocarril de "El Chorro", nombre que recibe esta barriada del municipio de Álora. Allí se unen un entorno natural singular y espectacular (Desfiladero de los Gaitanes y Sierra del Huma), un pasado intenso de la historia (Ruinas de Bobastro), una gran intervención humana en cuanto a transformación y aprobechamiento de recursos naturales (Embalses del Guadalhorce: El Chorro, Ardales), una vía de comunicación (Ferrocarril), etc...
En torno a las 11:00 de la mañana, estábamos iniciando una ruta ciercular de unos 34 km de recorrido con desniveles suaves en torno a las ruinas de Bobastro y los embalses de El Chorro, Ardales y Guadalhorce, y desniveles muy acusados por el norte de la Sierra del Huma, que nos llevarían muy cerca de su cumbre.
Ruta de bici de montaña.
El recorrido fue muy complicado y duro tanto por las fuertes pendientes por pistas de piedra suelta, que requería de una muy buena forma física y mucha técnica, lo que que obligaba a bajarse de la bicicleta una y otra vez, como por el incesante y castigador calor, que nos obligaría a parar en dos fuentes de para rellenar las bolsas de los camellback de 2 litros, que se quedaban vacías de tanto beber para hidratar.
En uno de los embalses del Guadalhorce (autor: Alfonso)
Lo mejor del recorrido fue la bajada de los últimos 7 kilómetros, al principio complicada por la acusada pendiente por un carrirl de piedras sueltas que, finalmente, nos llevaría al último tramo por la sombra del bosque de pinos, hacíendose más fresquita, fácil y divertida la bajada hasta la estación de ferrocarril de "El Chorro", donde nos resfrescaríamos con unas cervezas y unas exquisitas tapas de empanada y tortilla (altamente recomendable). En total unas 5 horas de recorrido.
Ya en el Albergue la merecida ducha y posteriores reencuentros, cena, tertulias, pingpong, sesión de chistes, coplillas acompañadas de guitarra y, a la cama para recuperar fuerzas.
Para el domingo había programadas dos actividades: la ascensión al Huma y escalada en roca. Y es que "El Chorro" es, entre otras cosas, un paraíso para los amantes de la escalada, tanto deportiva como clásica. En sus verticales paredes hay miles de vías de escaladas equipadas que han sido lugar de entrenamiento para muchos escaladores, entre ellos de los mejores de este país e incluso a nivel mundial.
Aunque el día se levantara con niebla, empezaba a clarear y se intuía que el sol haría de las suyas, por ello elegimos escalar. Efectivamente hizo un día como si del mes de Agosto se tratase, pero a pesar de ello se disfrutó de la roca y, como no, del entorno natural. Prueba de ello son las fotografías que más abajo pongo.
La niebla se despejaba durante la subida al sector de escalada.
El embalse de El Chorro.
Buitres sobre nuestras cabezas.
Alfonso escalando de primero.
Mienmbros del GAP escalando.
Raúl escalando de segundo.
En el bar de la estación.
Al día siguiente, el lunes, nos despedíamos de nuestros amigos para regresar al pueblo pronto, en previsión de posibles problemas de circulación por las carreteras sevillanas.
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