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Se trata de una ruta bonita y muy recomendable que sale de Almonte por el camino de El Algarrobo y que nos lleva hasta el Espacio Natural Doñana, quedando relativamente cerca El Arrayán y La Raya Real.
En lugar de hacer la cuenta de la vieja, si queremos ser un pocos más exactos en los cálculos, podemos hacer uso de herramientas informáticas que nos ayudarán a conocer con más detalle cuantas calorías consumimos cuando hacemos ejercicio físico, ya sea corriendo o en bicicleta.
La ruta sale de Almonte por el camino a Bollullos, que comienza en el Polideportivo Municipal, para desviarse y atravesar la autovía A-483 en las inmediaciones de Bollullos. Desde allí se toma el camino del Ferrocarril y se enlaza con el camino de los Cañitos por el que entramos a la localidad de Rociana del Condado. Desde allí se toma el camino del Pinarillo, que está asfaltado, circulando por él durante 6 km, para abandonarlo y tomar un camino que enlaza con el camino de la Alameda y este, a su vez, con el camino del Puerto, el cual nos llevará de vuelta a Almonte.
Se trata de una ruta muy fácil que se puede realizar en aproximádamente una hora y media, una oportunidad para conocer la localidad de Rociana del Condado en bicicleta. Actualmente los caminos están en muy buenas condiciones y no hay arena suelta, en parte porque algún camino se ha acondicionado con motivo de la Rocío.
Hace ya un par de veranos atrás había estado haciendo "turismo" en la Isla de Tavira (Portugal), que forma parte del sistema de islas de Ría Formosa. Nos apatecía mucho volver,  pero esta vez para rodearla con el Kayak haciendo una travesía de fin de semana.
Junto a la Isla de Tavira se encuentra la Isla de Cabanas, quizás menos conocida y por ello  menos frecuentada por los turistas. Rodearla nos supondría tan sólo unos 20 km (ruta roja de la imagen anterior), perfecta para hacerla con tranquilidad en dos jornadas.
Aunque hay distintos puntos desde donde embarcar, lo hicimos en torno a las 16:00 horas desde la misma localidad de Tavira, justo en una rampa/embarcadero que existe junto a un puente que atraviesa el río Gilâo. Es bajar los kayaks del coche a 10 metros del agua. Muy cerca hay una gasolinera en la que compramos agua fría y algun que otro líquido refrescante.
No obstante podíamos ir cerca de la orilla  sin problemas observando bastantes aves limícolas (para los amantes de la observación de este tipo de aves la Ría Formosa es ideal en estas fechas). A lo largo de toda la travesía nos encontraríamos mucha variedad y cantidad de limícolas.
A las 18:30 estabamos nuevamente en el agua navegando por la ría. En otra media hora, más o menos otros 3 km, llegábamos a Cabanas, una blanca pedanía de Tavira que antiguamente era un poblado de pescadores. Decidimos desembarar allí  para tomar un café y un helado. El aspecto de Cabanas es la de un pueblo costero construido con cierta modernidad, poco que ver con el aspecto que tendría hace unas décadas.
Continuamos nuestra ruta pegados a la orilla norte de la ría.  Desde que se sale de Cabanas el paisaje cambia radicalmente y aparece una zona de acantilado de arenisca con mucha vegetación... y mucha basura, que todo hay que decirlo. Hay acceso en coche a la misma ría, punto al que acuden familias a bañarse, pescar, recolectar marisco, subirse a su embarcación que está fondeada ... Hicimos una paradilla para sacar el teléfono y hacer alguna fotografía, merecía la pena guardar algún recuerdo fotográfico del paraje.
En esta zona había gente, tanto en la punta de la Isla de Cabanas como en la punta de la siguiente isla, la que queda justo a la altura de Cacela Velha.
Desembarcamos a excasos 600 metros de la punta y arrastramos nuestros kayaks unos 50 metros para evitar sorpresas en caso de que el oleaje fuera a más. Empezamos a sacar bártulos de los kayaks, parecía increible que salieran tantos trastos de aquellos tambuchos: toallas, algo de ropa, nevera, comida, cacharros para cocinar... casi como en casa, hasta un toldo para protegernos del viento y una sombrilla.
Y amaneció... y desayunamos completamente sólos, todo un lujo. Aquello era como el paraíso... hasta que decidimos ponernos en marcha, lo digo porque había que recoger todo y volver a meterlo dentro de los tambuchos. ¡¡¡ Lo conseguimos !!!
Una vez más he dejado pasar el tiempo... Y no es que haya dejado de moverme por el planeta tierra, es que a veces me da pereza. Pero poco retomaré el tema e iré subiendo alguna actividad de las que he realizado últimamente.