Enlaces

lunes, 16 de agosto de 2010

Isla de Cabanas


Hace ya un par de veranos atrás había estado haciendo "turismo" en la Isla de Tavira (Portugal), que forma parte del sistema de islas de Ría Formosa. Nos apatecía mucho volver, pero esta vez para rodearla con el Kayak haciendo una travesía de fin de semana.

No recordaba como era la zona ni qué recorrido podíamos hacer, así que, como en otras ocacsiones, acudí al "gran oráculo" Google Earth para trazar alguna que otra ruta y lanzarnos a la "aventura.

Desde el punto de partida, rodear la Isla de Tavira (ruta amarilla de la imágen anterior) suponía hacer un recorrido aproximado de unos 29 Km, lo cual podría hacerse pesado para mi compañera de fatigas ("la que manda", como dice algún forero de Rompido Kayak). Así que lo suyo era buscar un recorrido alternativo más asequible, una ruta que tuviera más probabilidades de éxito y que pudiera dejar un buen sabor de boca como para querer repetir.

Junto a la Isla de Tavira se encuentra la Isla de Cabanas, quizás menos conocida y por ello menos frecuentada por los turistas. Rodearla nos supondría tan sólo unos 20 km (ruta roja de la imagen anterior), perfecta para hacerla con tranquilidad en dos jornadas.

Como la hora prevista de salida desde Almonte eran las 13:00 PM, el plan sería salir desde la misma localidad de Tavira y llegar al extremo oriental de Isla Cabanas para pasar la noche en la playa, y a la mañana siguiente, regresar. Por si acaso había tiempo y ganas, tracé una pequeña ruta por la Isla de Tavira que la atravesaba por una pasarela que permitiría alargar la actividad (ruta verde de la imagen de la derecha).

Aunque hay distintos puntos desde donde embarcar, lo hicimos en torno a las 16:00 horas desde la misma localidad de Tavira, justo en una rampa/embarcadero que existe junto a un puente que atraviesa el río Gilâo. Es bajar los kayaks del coche a 10 metros del agua. Muy cerca hay una gasolinera en la que compramos agua fría y algun que otro líquido refrescante.

Los 4 tambuchos llenos, cargados hasta las trancas nos habíamos echado al agua cuando la maréa estaba subiendo, pero a pesar de ello la bajada por el río era muy fácil y cómoda, casi sin esfuerzo y ambos kayaks daban sensación de mucha estabilidad. Eso sí, resultaba algo molesto cuando nos pasaban a toda velocidad alguna que otra embarcación camino de alguna de las islas. No obstante podíamos ir cerca de la orilla sin problemas observando bastantes aves limícolas (para los amantes de la observación de este tipo de aves la Ría Formosa es ideal en estas fechas). A lo largo de toda la travesía nos encontraríamos mucha variedad y cantidad de limícolas.

Prácticamente en media hora, tras recorrer unos 3 km, hacíamos una primera parada. Un bañito y a montar la sombra para almorzar y descansar (una siestecita) antes de continuar navegando.

A las 18:30 estabamos nuevamente en el agua navegando por la ría. En otra media hora, más o menos otros 3 km, llegábamos a Cabanas, una blanca pedanía de Tavira que antiguamente era un poblado de pescadores. Decidimos desembarar allí para tomar un café y un helado. El aspecto de Cabanas es la de un pueblo costero construido con cierta modernidad, poco que ver con el aspecto que tendría hace unas décadas.

Continuamos nuestra ruta pegados a la orilla norte de la ría. Desde que se sale de Cabanas el paisaje cambia radicalmente y aparece una zona de acantilado de arenisca con mucha vegetación... y mucha basura, que todo hay que decirlo. Hay acceso en coche a la misma ría, punto al que acuden familias a bañarse, pescar, recolectar marisco, subirse a su embarcación que está fondeada ... Hicimos una paradilla para sacar el teléfono y hacer alguna fotografía, merecía la pena guardar algún recuerdo fotográfico del paraje.

En poco tiempo llegábamos al siguiente entrante hacia el mar, una zona muy parecida a la punta de la flecha de El Rompido, bancos de arena que se convierten en pequeñas islas cuando la marea está alta, donde te quedas encayado y obligan a retroceder para poder rodearlas.

En esta zona había gente, tanto en la punta de la Isla de Cabanas como en la punta de la siguiente isla, la que queda justo a la altura de Cacela Velha.

Quedaba poco tiempo para la puesta de sol y aún debíamos rodear la punta para salir al mar, queríamos navegar unos cuantos cientos de metros hacia el Oeste para alejarnos lo suficiente como para quedarnos completamente solos. Nos habíamos acostumbrado a la quietud de las aguas de al ría y, de repente, nos encontrábamos paleando con cierto esfuerzo pues el viento y las olas nos que venían de poniente nos lo ponían algo complicado.

Desembarcamos a excasos 600 metros de la punta y arrastramos nuestros kayaks unos 50 metros para evitar sorpresas en caso de que el oleaje fuera a más. Empezamos a sacar bártulos de los kayaks, parecía increible que salieran tantos trastos de aquellos tambuchos: toallas, algo de ropa, nevera, comida, cacharros para cocinar... casi como en casa, hasta un toldo para protegernos del viento y una sombrilla.

No quedó nadie en la isla, al menos en varios km a al redonda, esbábamos completamente solos. Nos calló la noche cenando y, en poco tiempo, estábamos absortos mirando al cielo, disfrutando de un cielo estrellado, quizás algo contaminado por las luces de las localidades próximas, en un absoluto silencio y dicendo aquello de "otraaaaaa" cada vez que avistábamos una de las pocas lágrimas que le quedaban a San Lorenzo.

Pronto nos dispusimos a dormir... y eso estuve haciendo casi toda la noche, disponiéndome a dormir... pero no había forma por el escándalo que formaba el concierto que había en Cacela, a excasos 2 km. Y por culpa de los malditos "bichos", esa especie de pulgones de playa que saltan sin cesar sobre tu cabeza... un auténtico infierno para los que tenemos mucha frente. No se como mi compañera podía dormir tan plácidamente. Tuve que taparme la cabeza con una camiseta y protegerme con la sombrilla de la playa para poder pegar ojo... ,eso sí, cuando acabó de sonar la musiquita de los piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii... El mar rujía, pero eso no era problema, más bien me adormecía...

Y amaneció... y desayunamos completamente sólos, todo un lujo. Aquello era como el paraíso... hasta que decidimos ponernos en marcha, lo digo porque había que recoger todo y volver a meterlo dentro de los tambuchos. ¡¡¡ Lo conseguimos !!!

Desde donde estábamos no veíamos la orilla debido al escalón que formaba la arena. Escuchábamos las olas golpeando con violencia la arena. Efectivamente, se habían levantado olas y tratar de hacernos a la mar sería imposible, sobre todo por no llevar cubrebañeras y por la inexperiencia en estos casos. Así que nos vimos obligados a arrastrar nuestros kayaks por la arena para regresar a la ría. Podríamos haber montado el carrito, que también lo llevabábamos en un tambucho, pero sólo eran unos 50 metros y entre dos, tirando de sendos cabos atados a la proa, no era tan complicado.

La marea estaba baja y aunque volvíamos por el mismo lugar la vuelta se antojaba diferente. Prueba de ello son estas fotografías que a continuación pongo:


La maréa, aunque muy baja, aún no estaba en su punto más bajo, así que la corriente prácticamente nos arrastraba en la misma dirección a al que íbamos.vA la altura de Cabanas, en la orilla situada en la propia isla, la que da a la ría, hay una pasarela por la que transistan los turistas que han desembarcado. En ese punto la ría es un trasiedo constante de ir y venir de las embarcaciones taxi que, por tan solo 50 céntimos de euro te llevan hasta la isla. Y a parte de la pasasarela, también se accede a la isla por otros puntos.


En la otra orilla son varios los puntos que se usan como embarcadero y, es que, no hay que olvidar que antes de lugar turístico Cabanas ha sido y es una localidad pesquera. En el extremo occidental del pueblo hay una rampa que puede ser un punto idóneo para echarse al agua con los kayak.



En torno a las 12:00 llegábamos nuevamente al mismo lugar en el que almorzamos. Aplicando la misma técnica del arrastre que habíamos empleado por la mañana, situamos nuestros kayak en la mismica orilla del mar, donde echamos el resto de la mañana y donde volvimos a almorzar, esta vez un bocata.


Sobre las 5 de la tarde estábamos de vuelta en Tavira con los kayaks montados en el coche para emprender el camino de regreso a casa por la carretera de la costa, pues queríamos hacer una visita a Cacela Velha, una pequeña y bellísima aldea situada sobre el acantilado, perteneciente a Vila Nova de Cacela, dentro del municipio de Vila Real de Santo António, desde donde se puede disfrutar de espectaculares vistas de la ría por la que hemos navegado.


Es una travesía muy fácil y recomendable, en la que se puede disfrutar tanto por la navegación en aguas tranquilas , así como por la visita a sus localidades, en plan turista, todo ello en un enclave natural de una belleza singular como es el sistema de islas de la Ría Formosa.

A continuacion el enlace para descargar la ruta original trazada con Google Earth: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1104641

3 comentarios:

JuanLu dijo...

¡que buen recorrido! Te ví salir de Almonte sobre la 13:00 y pensé que dado la hora irías por aqui cerca, pero no me imaginabas que ibas a hacer este recorrido. Realmente guapo.
Un saludo

raul.ya dijo...

Saludos JuanLu y gracias por el comentario.

Lica Vintage dijo...

¡¡¡¡ Amigo Raúl¡¡¡ desde luego que me das envidio, sana por supuesto.
Nuestras aventuras subacuáticas tampoco estaban mal, lo pasamos muy
bien, pero si recuerdas, esto de hacer travesías en kayak y hacernos
unas inmersiones, se nos quedó pendiente, pero con esto de la digitalización,
pues nada, cortar y pegar, y ya tienes rutas en kayak e inmersiones.

Desde luego que es una aventura muy buena, por aquí donde yo estoy,
solo tenemos los acantilados, como tu sabes, (Parque Natural Cerro Gordo Málaga
Granada), pero de estar solo nada, y que te boy ha decir que tu no sepas.

Pues ha seguir disfrutando con tus aventuras.
Aquí te dejo un Links de unas fotos de cuando estuve en Ceuta.

http://picasaweb.google.com/licavintage/Ceuta2002#

Haber si subo las que tenemos juntos, y te las paso


Un abrazo Juan Antonio López